La inmunohistoquímica permite la identificación de un gran número de antígenos. Es indispensable tener una gran batería de anticuerpos para ayudar al diagnóstico final de la muestra. La enzima o el tinte se activan cuando los anticuerpos se unen al antígeno en la muestra, lo que permite su visualización al microscopio.
El estudio inmunohistoquímico se realiza sobre tejido fijado en formol, incluido posteriormente en parafina. Los tipos más empleados son: panel de marcadores IHQ en tumores indiferenciados, factores pronóstico y predictivos de diferentes tumores, panel de marcadores IHQ en linfomas, tipificación de agentes infecciosos, etc.